Caminaba sin rumbo por esa calle estrecha y empedrada.Es cierto,no sabía donde iba,pero sí que no quería volver a esa ciudad,había sufrido mucho allí. Y todo por ella sí,por esa muchacha que un día lleno su corazón por completo.
Caminaba inquieto con una mezcla de odio y resentimiento,dejaba tal vez caer alguna lágrima de vez en cuando por su mejilla,pero trataba de contener su dolor,ella no se lo merecía ,no merecía ni una lágrima suya.Pero lo que él no sabía,era que la muchacha también sufría;sufría por tener que vivír la partida del hombre que más había amado en su vida; sufría porque ese hombre,no había comprendido que ella nunca lo engaño,que todo lo que decía esas tardes de verano era cierto,que esos “te quiero” que de su boca salían venían del corazón.
Pero era demasiado tarde,él había partido y con él la ilusión de ambos.¿Fué un amor incomprendido?tal vez ,sí.Su padre no había entendido ese sentimiento puro y joven.
Todo lo que ella sentía ahora era odio dentro suyo,odio hacia aquel padre injusto.Pero el destino no se conformó.
Ella tenía ya 24 años ,su adolescencia había quedado atrás,ya era una mujer,habían pasado seis veranos,las heridas de su corazón se curaron y se fueron con su adolescencia,tenía, ahora, una vida nueva. Nunca olvidaría a su primer amor ,pero su vida continuaba.
Pensó que tal vez,el ya tendría una familia formada,y que ella encerrada en ese sentimiento,no había encontrado a un hombre que le haga nacer otros nuevos.
Aquel domingo de Febrero,fué el día mas lindo de la semana.El sol había asomado temprano por la ventana de su cuarto sombrío,y no se quería ir, tardaba en anochecer.Ella pensó en aprovechar el día,sus padres tenían planes de salir a la casa de los Ruíz Aponte,familia amiga que desde niña nunca soportó.
Aquella era una familia muy fina,acostumbrada a la buena vida,y sabía que sus padres mientras jugaban al ajedrez y bebían whisky importado,empezaban a discutir,parecía una batalla de familias,cada uno sacaba a relucir sus ideas políticas.Pero ella ya en edad de decisiones,no había ido nunca mas a esa casa ,habían sido muchos años que la llevaban a la rastra,y estaba cansada de esa cita obligada de los Domingos.
Entonces pensó en alquilarce un departamentito en el centro,tenía algunos ahorros,y ya era hora de separarse de las polleras de mamá.Quería empezar una vida independiente,y con el tiempo había perdonado muy dentro suyo a aquel padre que le había hecho daño,solo por buscar lo que le parecía mejor para su única hija.
¡Pero Dios!exclamó la joven,¿Y si me quedo para vestir santos?,se preguntó.
Su padre la separó a los diez y ocho años del que tal vez sería el hombre de su vida,y al que no vería jamás. Pero lo que mas le dolía era que se le había ido de las manos,sin poder explicarle el por qué de su decisión.
Pero ese día se planteó a si misma que no tenía que pensar mas en cosas que habían pasado hace tiempo.
Empezó a caminar apurada por las calles de la ciudad,su mente no quería pensar en el pero su corazón la traicionaba,miró varias vidrieras de las boutiques mas importantes,pero sabía que no tenía ni un solo peso de mas,para comprarse el modelito de última moda.Pero no le importaba,sus jeans gastados de tanto caminar,y su camisa sencilla,no la discriminaban de las demás mujeres,se sentía igual activa y con ganas de conseguir un empleo,aunque sea modesto,pero le serviría para aumentar sus tristes ahorros.
Caminó y caminó,el sol que había asomado tan brillante por su ventana en la mañana,parecía ya tan cansado como ella.En un momento se le ocurrió buscar en sus jeans alguna ficha telefónica perdida; pero de pronto reaccionó y se preguntó ¿Qué hago?¿A quién voy a llamar?,soy una mujer libre,independiente ,tengo decisiones,sé como actuar por mi misma.¿Por qué por un momento sentí la nesecidad de llamar a mis padres?.Seguro que los Ruíz Aponte ni siquiera sirvieron el almuerzo,se les pasó la hora discutiendo sobre la situación de los países extranjeros.
Caminó tanto aquella tarde para nada.-Me habían dicho que en este país era difícil encontrar trabajo,pero nunca pensé que era para tanto.Pensar que mamá me insistió tanto para que estudie idiomas; Inglés,Francés y ni siquiera puedo conseguir empleo en lo que yo sé.
Se topó de pronto ,sin darse cuenta,con la calle estrecha y empedrada de la ciudad ,con la calle por la cual se fue llorando de tristeza su gran amor.
Pero ella no lo sabía,caminaba y caminaba,en esas calles ya no quedaban señales de aquel hombre inquieto; pero sin embargo su perfume revoloteaba en el aire,parecía que él aún estaba cerca,y que no había terminado de transitar ese camino de tristeza.
¡No puede ser!exclamó ella,hasta su perfume huelo.¿puede ser que este amor no me deje vivír en paz?-què tonta que soy,debe ser el cansancio,tuve un día muy agitado.
El sol apagó por completo su luz,por fín llegó el anochecer,ni siquiera sentía sus pies del cansancio.Pronto encontró un banco,el banco de la plaza que todavía conservaba las inscripciones Lx J.¡No puede ser! dijo la muchacha ,todo me lo recuerda,esta ciudad me hace peor,en cada objeto,en el olor del aire,en todo lo encuentro a él.
Pasó la noche en aquel banco,junto a la plaza oscura,los grillos que cantaban mas que nunca y la noche poco fría.
A la mañana al despertarse,se encontró por sorpresa a un grupo de gente que la rodeaba observándola muy atentamente.La muchacha corrió rapidamente,dejando caer en el camino las hojas del periódico que la acompañaban para conseguir empleo.
¿Por qué me miraban así esas personas?¿Qué tengo?.¡Oh claro!,ven a una mujer joven,que no es linyera durmiendo en el banco de una plaza y ya les parece algo raro.
-Me debo ir de aquí ,si ni siquiera consigo trabajo.
Y así es como se le vinieron abajo sus planes de vida independiente,chau departamentito en el centro ,chau vida nueva.
Volvió así al único lugar que le quedaba,su casa,pero la idea de irse de Buenos aires le revoloteaba por su cabeza.
Pensó que los ahorros que tenía para el alquiler del departamento,los podía invertir en un pasaje,pero ¿hacia donde iría?.
Tuvo que aceptar muy a contra suya un dinero que le dió su padre.Esa tarde partió hacia Córdoba,pensó que le aire nuevo de las sierras le haría bien,y podría olvidar a Juan.Pero nuevamente el destino jugó con ella.
Juan treinta años,divorciado,hacía dos años que vivía en Córdoba.Se había divorciado de su esposa hace cuatro años,su matrimonio no había durado mucho.pero el admitía que el que había orientado ese fracaso era él,porque nunca había podido amarla por completo,y eso hacía aumentar su bronca hacia Luisina,que con los años seguía amando aunque no lo quería admitir.
Vivía metido en su trabajo,era periodista de un diario de la provincia.
Cuando llegó a Córdoba ella se instalo en un hotel.Un día bastante nublado donde el cielo parecía amenazar con una gran tormenta,se levantó a comprar el diario para informarse sobre aspectos de la provincia,mientras tomaba calentita en su habitación cerrada un suculento desayuno.Se sentó en un cómodo sillón hamaca,mientras con una mano sostenía una taza de café con leche,con la otra trataba de hojear las noticias del diario matutino.
De golpe,se detuvo muy interesada en una nota que hablaba sobre la economía de Córdoba,al terminar de leerla ,vió a la derecha de la nota el nombre Juan Martínez,no tardó en soltar la taza que sostenía con su mano izquierda,y pensó que el tiempo los quería volver a juntar.
-Si es Buenos Aires porque es Buenos Aires,y si es Córdoba es Córdoba ,pero siempre está el presente.
Se cambió el pantalón empapado con café con leche,agarró su cartera,y salió en busca de su amado.Preguntó a habitantes de la zona para que la orienten,Juan era muy conocido allí por redactar notas en el diario local,y eseguida pudo hallarlo.
Ella no cabía en la alegría que sentía,¡Después de tantos años! Exclamó.
Subió rapidamente las escaleras,le parecieron las escaleras mas largas que debió subir en su vida,pero por fin en un pequeño cuarto lo encontró.Aunque estaba de espalda lo reconoció igual,en el aire revolteaba su perfume ,el mismo de la calle estrecha y empedrada ,el mismo de aquellas tardes de verano inolvidables.
¡Juan!exclamó ella.El se dió vuelta, al verla,sintió un cosquilleo dentro de su cuerpo,su mente voló en esos dos segundos,en miles de escenas junto a ella,y entre esas imágenes vió la de su partida,y cómo sus lágrimas corrían humedeciendo sus mejillas.
Sintió ganas de pegarle y besarla al mismo tiempo,pero su bronca pudo mas y sin decir palabra se retiró hacia otro cuartito contiguo,llevando entre sus manos una pila de papeles.
Ella muerta de nervios lo siguió,y le dijo:-Pero Juan ,¿no te acordás de mí?pienso que no cambié tanto.Entonces Juan se animó a pronunciar palabra-Eso es lo que temo ,dijo.-¿Cómo?inquirió ella.-Sí, temo que sigas siendo la misma que sin explicaciones,me dejó plantado,junto con mis ilusiones,aquella tarde de Febrero.Y mirá que coincidencia esta tarde de Febrero nos volvemos a encontrar.
Ella temblorosa lo tomó del hombro y le dijo:-suponía que estabas enojado conmigo,pero nunca pensé que me odiaras tanto.
El le respondió:-Ese es mi problema,nunca pude odiarte,aunque lo dijera de la boca para afuera,no era lo que sentía. Pero en todos estos años conocí a una mujer.Ella se quedó sorprendida y se alejó dos pasos de el.-Sí, aunque te sorprendas me casé,pero me divorcié hace cuatro años.ella por dentro se sintió satisfecha pero a la vez confundida.-¿Por qué se divorciaron?preguntó Luisina. El acercándose le dijo:-Porque no soportó que no la amara,no soportó que siguiera enamorado de tí,pero la comprendo.¡Luisina yo nunca dejé de amarte!,pero tú,¿por qué me dejaste?.
La joven le contó toda la historia y la prohibición de su padre con respecto a su relación con él.Juan comprendió todo,y en un momento sintió rabia hacia sí mismo por haber pensado mal de Luisina.
Años después se casaron en Córdoba,su madre asistió a la boda,su padre no, ya que hacía un año que se había separado de su esposa,y no quería verla en ninguna ocación ,aunque sabía que le estaba causando un nuevo dolor a su hija.
Luisina le propuso a Juan que volvieran a Buenos Aires después de la boda.Pero él le explicó ,que en Córdoba tenía un trabajo fijo de redactor del diario local, ella entendió ,pero le propuso que como viaje de luna de miel,no quería ir ni a Nueva York,ni a París,quería caminar junto a él,por el camino estrecho y empedrado,teniendo como testigo solamente a la luna,pero eso sí,ahora juntos y sin oposiciones de nadie.